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El secreto de la pizza italiana

Puede que la pizza se haya convertido en la comida más exportada y globalizada del mundo. Fueron los primeros inmigrantes italianos en Estados Unidos, Venezuela y Argentina de principios y mediados del siglo XX los que, con mucha morriña, no podían pensar en una vida sin la base de su alimentación. Y fue así cómo la pizza llegó a todo el mundo, por la nostalgia, por la sencillez de cocinarla y la facilidad de consumirla.Gusta a todos.

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Tanto es así que incluso hemos conocido en los últimos días la noticia de la creación por un equipo de científicos de la «pizza eterna» que dura tres años sin ser congelada ni perder sus propiedades. Este proyecto se llevó a cabo con el fin de diversificar el menú de los soldados estadounidenses, ya que es una de sus comidas preferidas.

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La pizza italiana dibuja los colores de su propia bandera: el verde de la albahaca, el blanco de la mozzarella y el rojo de la salsa de tomate. Pero, ¿cuál es el secreto para que sea perfecta?.

Los ingredientes, el tipo de horno y el arte del «pizzaiolo»Omar Caruso, dueño de los restaurantes «Grazie Mille» y «Donna Fugata» de Madridapunta a tres factores: los ingredientes, el tipo de horno y el arte del «pizzaiolo» (el cocinero). En este sentido, Caruso señala que «la harina ha de ser la adecuada, la levadura, la mejor, y el agua muy refinada, para que no dé un sabor áspero a la masa».

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Conocer las cantidades precisas es tan básico como tener un buen brazo para amasar la base. De este modo, Gennaro Seminara, chef del restaurante madrileño Emma y Giulia, establece las siguientes dosis para cuatro pizzas de 30 centímetros de diámetro: 20 gramos de sal, 1 kilo de harina, 25 gramos de levadura de panadería, 600 mililitros de agua y seis cucharadas de aceite de oliva virgen extra. 

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«Una vez estiramos la masa, añadimos todos los ingredientes que queramos y una vez lista, se mete en el horno de leña a una óptima temperatura para cocinarla de una sola vez, sin sacarla del mismo hasta que está dorada», explica Seminara.

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